Ceramista casi desde que nació. Su madre, Malena Roig, su hermano y su mujer artista textil, completan la familia de artistas de los materiales de la tierra.
A los cuatro años empezó a jugar con el barro en el taller de su madre Malena. Tras un periodo de frustración con el oficio, que le llevó a trabajar de albañil, incluso de fontanero, apostó por volver a enamorarse de la cerámica y el barro y encontrar el camino que le haría disfrutar de su oficio.
Ahora, este ceramista mallorquín, expone sus obras en galerías de arte y vende piezas en París, desde su recóndito y pequeño taller en Ses Salines, al sur de Mallorca, en medio de la nada, rodeado de naturaleza y calma, donde despierta su creatividad al caer la noche.
"Mi fuerte son las manos. Me van solas. Con ellas creo historias, puedo aprender y jugar...”
En Ses Salines, en su taller, conviven piezas grandes y pequeñas, cachivaches de distinta índole, cables, una radio vieja, algún que otro cuadro y mucho barro. Los perros entran y salen a su antojo del estudio y de su casa. Una casa sencilla, con colores naturales, muebles sencillos y tapices de su compañera y también artista, Adriana Meunié.
“En mi casa no había dinero y yo quería estudiar escultura. Las posibilidades eran ir a Barcelona, al País Vasco o a Valencia. Pero no lo veía claro y a la vez quería vivir mi vida... Mi madre tenía cerca del taller un almacén que no utilizaba. Me dijo que si lo acondicionaba era mío. Así que de aquellos 20 metros cuadrados en el barrio de Santa Clara, en Palma, hice mi primer taller."
Pasados los años, Jaume ha encontrado su equilibrio en la vida, ha encontrado su lugar y su espacio en una casa donde se rodea de objetos sencillos y muebles recogidos, pero pocos. El espacio debe ser tranquilo y sin que nada esté de más.
VIDEO SOBRE LA FAMILIA ROIG:
Fuente: In Palma magazine. web del artista. Photos: artista e Iñigo Vega para la revista In Palma y Jean Marie del Moral para EPS. Video IB3.
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