Carl Eldh (1873-1954) fue un artista y escultor sueco. Admirador de la obra de Auguste Rodin, trabajó en multitud de esculturas y se instaló en su estudio junto a Bellevue Park (Estocolmo), donde vivió y trabajó durante más de tres décadas.
Una maravilla de espacio, mágico e inquietante, con multitud de esculturas que te acompañan, y que parecería, que podrían cobrar vida en cualquier momento.
Hacia 1910 y situado en un terreno en las afueras de Estocolmo, Carl Eldh planeó un edificio que sería un estudio funcional para un escultor y al mismo tiempo se fusionaría bien con los edificios más antiguos del parque. El panel de madera alquitranado de la fachada, junto con las antiguas tejas de barro, daban la impresión de que el edificio llevaba muchos años en pie.
A través de un vestíbulo oscuro, se llega a la sala de estudio más grande del edificio, una sala con un techo muy alto y una pared orientada al norte, prácticamente cubierta por ventanas. Por eso, el estudio se beneficia de la luz del norte que es tan importante para un escultor, ya que ilumina la habitación sin crear sombras proyectadas.
La luz y el espacio del estudio permitieron a Carl Eldh trabajar sin trabas con sus monumentos más grandes y le hicieron posible crear modelos a escala real.
Junto a la sala de estudio más grande hay una sala más estrecha con un techo más bajo, el llamado taller. La pared opuesta, más larga, estaba cubierta con estantes que aún hoy contienen parte de la prolífica producción de Eldh.
El Museo alberga más de 1000 bocetos y modelos originales en yeso, y también esculturas en arcilla, mármol y bronce.
Las numerosas esculturas comparten el espacio junto con las herramientas, dibujos, medallas y muebles del artista. El museo también contiene su colección de arte privada con obras de amigos artistas conocidos y menos famosos.
Fuente: Julia Följ. Jeanette Seflin. Museo de Carl Eldh.
