La artista visual noruega Kristin Romberg (1970) trabaja desde 2001 con pinturas en grandes formatos, libres y huyendo de los marcos. Proyecta e instala sus obras individuales como un todo, colgadas en espacios gigantes para que el público interactúe con ellas.
Sus trabajos, grandes y coloridos, crean una nueva dimensión; Romberg quiere establecer un nuevo espacio táctil donde la gente pasee entre sus obras y pueda soñar, escapar, maravillarse, respirar, detenerse y sentir, que todos sus cuadros forman un paisaje en conjunto con el que interactuar.
Las pinturas son abstractas y tienen claras referencias a la naturaleza y ella busca dar la experiencia de moverse dentro de una selva suave, densa y primitiva.
" Cuando pinto, es como una danza ritual donde cada trazo y cada gesto está directamente enraizado en lo que he experimentado".
"Es una fuerza interior que me impulsa a crear exactamente lo que hago".
Tiene un proyecto artístico en mente:
Colgar todas sus obras, creando capas y flotando en la habitación. Ella cree que la parte trasera de las obras también forman parte de la obra y quiere ofrecer al espectador la oportunidad de 'navegar' entre ellas para descubrir nuevas perspectivas y sensaciones.
La audiencia se anima a un compromiso más corporal. Las obras forman un paisaje cambiante, y la instalación fomenta las conexiones humanas que enfrentan cada pintura individual, pero también en su totalidad. Los presentes deben circular y aprovechar los espacios entre los lienzos, para que cada cuadro se revele lentamente. La mirada se mueve continuamente de una pintura a la siguiente y crea un desarrollo temporal.
Fuente: web de la artista.