Tras ocho años estudiando bellas artes, quiere dar un paso atrás, para averiguar cómo es su pintura, sin una academia detrás.
Galina Munroe es franco-británica, que trabaja en Albi, en el suroeste de Francia. Su experiencia estudiando arte y formándose durante unos cuantos años, le ha servido mucho para absorber información académica, y aprender todo lo posible. Pero, lo cierto es que ella dice que cuando entregó sus últimos trabajos en la carrera, necesitó un tiempo de reflexión y filtrado de tanta información para encontrarse a si misma como artista.
"He pasado los últimos años dándome libertad y sin necesidad de justificar o escudriñar lo que yo hago".
"Siempre he sentido curiosidad por el espacio, el color y la noción de intermediación, pero el resto lo estoy dejando evolucionar sin preocupaciones ni concepto en este momento".
No se considera una artista muy metódica, en su forma de empezar y dar continuación a una obra.
"Ni una sola vez he logrado esbozar y organizar un cuadro por adelantado y que salga como estaba planeado".
"Por lo general, el proceso de la obra sufre variaciones continuas, se voltea el lienzo, se arrancan trozos, se pintan colores, se dejan partes porque me gustaron más los colores sucios que se filtran en la parte posterior... Es caótico y puede ser agotador, pero he renunciado a cambiar el proceso".
No puedo negar que el momento en que termino un cuadro, me apasiona. Me encanta estar a solas con él, colgarlo en la pared, sólo en el estudio y sentarme. Me siento en una cómoda silla para mirarlo de reojo hasta que empiezo a sentirme como una tonta ensimismada.
"LAS RESPUESTAS APARECEN EN EL CAMINO".
Fuente: Instagram y pinterest.
