El estudio de un artista es el inicio de una obra. De la nada, del espacio en blanco, debe de surgir una idea. El estudio describe la personalidad del artista, es como asomarse a su psicología en unos metros cuadrados y conocer de una forma más profunda de dónde sale esa creatividad natural.
Si observas, en general, nos encanta visitar las casas-museo de artistas de otras épocas. Entrar en esos salones donde han pasado horas y horas los artistas, pensando, imaginando, mezclando pintura, encajando, observando... A veces trabajando con fluidez y otras veces atrapado por la falta de, la tan deseada, "Inspiración".
Muchos artistas a lo largo de la historia han realizado obras en las que reflejan sus propios estudios. Nos gusta ver de qué cosas estaba rodeado el pintor en ese momento, los muebles a su alrededor, incluso sus materiales de pintura.
Seguramente nos dispersamos a lo largo del cuadro, buscando cosas interesantes y quizá, a veces, nos olvidamos del tema central del cuadro. O, al menos eso me pasa a mi.
Yo tengo una tendencia, no se si natural o no, a ponerme delante de un cuadro y empezar a mirar desde los alrededores del cuadro hasta llegar al centro en cuestión. Me atrae mucho más reparar en las cosas más insignificantes del cuadro que en lo que seguramente es más importante.
Pues algo parecido ocurre cuando vemos un estudio. Se abre un mundo de inspección que abarca hasta el último rincón del espacio.
El estudio nos retrata al artista, nos cuenta cosas de su entorno, si es desordenado, limpio, caótico, meticuloso, minimalista, maximalista, despistado, afectivo... y esto también define su obra y mucho.
ANALIZA ESTOS ESTUDIOS E IMAGINA CÓMO DESCRIBIRIAS A SUS ARTISTAS: (A veces es tan interesante, como mirar la propia obra)