María Turón
1 de feb de 20222 min.
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Gary Komarin, reside y trabaja acutalmente en Roxbury, Connecticut. Vive rodeado de colinas, estanques, pinos y arroyos. Un paisaje bucólico para desarrollar su inspiración y creatividad.
No recuerda bien en qué momento decidió que quería ser artista, pues él piensa que "fue la pintura y el arte, quien le eligió a él". Lo cierto es que desde los cinco años ya le atraía la pintura, el papel, la arcilla, las texturas y los colores vivos, y cómo con sus dedos y manos era capaz de crear cosas.
Sus influencias artísticas son muy variadas y profundas; desde las pinturas rupestres, los dibujos de los niños, hasta los pintores clásicos italianos y nombres reconocidos en el panorama artístico como Picasso, Matisse, Van Gogh, Cezzane, Morandi, Pollock, de Kooning, Rothko y muchos otros.
También le interesa mucho el denominado 'outsider art', es decir, 'arte creado desde fuera de los límites de la cultura oficial', arte que responde al reflejo de un estado mental y que sale del interior como una motivación que impulsa a sacar la creatividad interior y no la aprendida en el mundo real.
"Si no fuera pintor, sería escritor de ficción, cuentos o poesía, pero mi energía pictórica no me permite centrarme en un espacio reducido y sin movimiento. Necesito moverme por el estudio y alrededor de mis pinturas".
Su consejo para los artistas que empiezan: "¡Sigue adelante y quédate en este tren!. Cree en ti mismo y mira a muchos artistas, pasados y presentes. Te ayudarán a formarte. Y observa la naturaleza, la arquitectura y otras disciplinas y aprende a tener una visión amplia de las cosas... pero, ¡no te pierdas en la confusión!"
Para mí, las mejores pinturas son las que se pintan a sí mismas”.
(Gary Komarin)
Nueva York 2015
Fuente: Web del artista
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